“Cualquier hija de dios debería de contestarle a otro...”
(Mientras la conductora del jeep de al lado lleva colgado un crucifijo y con gestos desagradables recrimina a un peatón).
Se sube algo desanimado...
acalorado tal vez...
Pide por favor con risa algo gastada...
Se afirma en el asiento
y procede a comunicar su rutina.
Que los hijos, que la casa, que las cuentas...
(¿ y los chistes, y las sonrisas, y las carcajadas?)
Avanza entre el tumulto de pasajeros
con un maquillaje algo corrido
y con las arrugas que reflejan años de oficio.
Que los niños, que la esposa y las cuentas...
(¿ y los chistes, las sonrisas, y las carcajadas?)
Al final lo que es habitual…
Unas monedas por aquí, otras pocas por allá.
La señora gorda del rosario que se pone a conversar.
El flaco de la ventana que se dedica a mirar.
¡Muchas (¿muchas?) gracias!
bendiciones y buen viaje
Ojalá que lleguen sin ninguna novedad a su destino y que dios los acompañe.
(¿ y los chistes, las sonrisas, y las carcajadas?)
Semáforo en rojo y taxibus detenido.
Se baja el de la nariz roja…
Cruza la calle…
Y de improviso, el mismo gran Jeep de la señora.
¡El color escarlata se ha apoderado de la escena!
Ahora todo el mundo si presta atención
(¿ y los chistes, las sonrisas, y las carcajadas?)